Las barras de progreso son compañeros de soledad delante de nuestras pantallas. Nos quedamos embobados mirando cómo se rellenan los cuadritos que faltan. "Podría hacer otra cosa, pero… es que ya casi está, va por el 73%…".
Es la mayor estupidez del mundo sí, pero el tiempo sigue contando mientras miras la barra. Piensas "coño, ya estamos… lo que tarda en cargar esto". No lo haces a propósito, pero al final ahí estas observando la barra.

Viendo cómo se descarga uno de los muchos archivos que descargamos de la red, sobre todo en esos momentos finales. Viendo cómo termina de instalar el programa que vamos a probar esta tarde. Viendo cómo carga la pestaña de Firefox en segundo plano. Viendo cómo carga la barra de tareas de un video de YouTube hasta que hay un poco en el caché y podemos empezar a verlo sin cortes. Viendo cómo se copia un archivo a la memoria USB externa. Viendo cómo termina de grabar un DVD.

Miles de barras de tareas que vemos al cabo del tiempo. Miles de horas perdidas admirando su lento avance. Llega a ser hipnótico… llega a ser un pasatiempo. Porque… en lugar de las barras, podían aprovechar el tiempo y poner trailers de películas de cine, escuchar algunas páginas de un audiolibro, poner sudokus a los que sólo les quedan algunas casillas (para hacerlo rápido), preguntas tipo Trivial o estos estúpidos "¿Sabías que…?" con rollos tipo "¿Sabías que la famosa tetralogía de Wagner en realidad iba a llamarse «El Culo de los Nibelungos»?".

Pero si de verdad tienen algo hipnótico o alguna clase de relación con conspiraciones secretas, ¡qué demonios!. En lugar de realizar una campaña contra ellas, unámonos y a sacar tajada ¿no?. ¡Oh sí!, vendiendo humo.

Podría existir un canal 24 horas de barras de progreso… de hecho… lo estoy visualizando… PBtv… 24 horas 7 días a la semana poniendo en una barra de progreso lo que queda para el siguiente programa… un bucle infinito de pena y dolor que probablemente tuviera más audiencia media que muchos programas de la actual parrilla televisiva. Con fastuosos programas como "¿Cúanto queda hasta el próximo programa?", "¿Quién quiere esperar 100 minutos?", "Pasaelrato", y el favorito de todo el mundo… "Allá tú, ¿cuánto te queda de vida?".

_{Como cabía esperar, este artículo fue escrito durante la larga espera de múltiples barras de progreso. Se recomienda a los lectores no mirar fijamente estos elementos, o se puede acabar fácilmente como el autor.}