Trabajo, ¡divino tesoro!

Pizarra de trabajoSi eres de los «afortunados» que ha vuelto al «tajo» después de esos dí­as de asueto, recuerda que hay gente que acepta de peor manera que tú, la vuelta a los madrugones, atascos y a soportar a los «jefecillos» que no tienen otra cosa mejor que hacer que tocarte los …
Para compensar, aquí­ están los ví­deos de obligado visionado para obtener el carnet de geek.

  1. Secuencia de inicio de los Simpsons, al estilo Star Wars
  2. Apasionante duelo amater con sables de luz
  3. Enfrentamiento entre la estrella de la muerte y el Enterprise
  4. Bill Gates, conoce a la pantalla azul de la muerte
  5. Examinando los componentes de un iPhone
  6. Tema musical para desarrolladores de programas
  7. Frente a frente Vista, Leopard y Linux
  8. Fin de los ordenadores como los conocemos hoy en día

Jornadas laborales agotadoras

Sentado delante de mi Pentium 2 pocas cosas se pueden hacer. El Windows 98 no deja mucho lugar a la imaginación, y el proxy privado con usuario y contraseña de la empresa más las broncas por uso indebido de internet (periódicos, hotmail,…) no auguran nada bueno. Ni siquiera está la impresora configurada, y toda la gente ve mi pantalla y mi mesa, incluidos los jefes, por lo que el universo se reduce mucho. Los programas de diseño no pueden funcionar, y quedan 8 horas de "trabajo" por delante. No hay muchas opciones a mi alcance, así que me dedico a:

  • Leer toneladas de PDFs sobre dispositivos que nunca usaré en la pantalla del PC
  • Leer toneladas de PDFs impresos en papel
  • Morderse las uñas con cara pensativa
  • Escribir esquemas sin sentido en el papel para rellenar hojas y parecer concentrado
  • Mirar los colores de las páginas de fabricantes de semiconductores
  • Revisar 100 veces mis favoritos de del.icio.us (sólo tengo cuenta para enlaces del trabajo), para ver si alguien más a añadido alguna de mis páginas
  • Girar la silla de izquierda a derecha… y de derecha a izquierda faltaría más
  • Hacer miles de thumbspins
  • Hacer miles de reverse index spins

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Selección de personal estilo Google

Esta noticia tiene ya 2 largos años, pero como de aquella no teníamos blog…

En julio de 2004, apareció una curiosa valla en la autopista interestatal 101, cerca de Ralston, CA.

Anuncio Google

Esta autopista es la que lleva de San Francisco a San José, vamos, la que cruza Silicon Valley

Se trataba nada más y nada menos que un anuncio puesto por Google para seleccionar personal. Según ellos:

Siempre nos hemos esforzado mucho para contratar a los ingenieros más listos, y hemos pensado que esta sería una manera muy guay de encontrar a unos cuantos más.

El problema tampoco era nada del otro mundo… brute force y a tomar por saco: se busca una lista enorme de decimales de π, los vamos tomando de 10 en 10 de forma consecutiva, miramos a ver si el número es primo y listo. El resultado es www.7427466391.com (la página ya ha sido retirada). Este enlace decía lo siguiente:

Felicitaciones, ha llegado al nivel 2. Vaya a www.linux.org e identifíquese como bobsyouruncle y como contraseña ingrese la respuesta a esta ecuación:

f(1)= 7182818284
f(2)= 8182845904
f(3)= 8747135266
f(4)= 7427466391
f(5)= __________

Este problema ya tiene más historias. Si quieres, puedes tratar de resolverlo, sólo como satisfacción personal, porque ya hace dos años de esto, como ya he comentado. Para los autores de este blog en particular, y los que siempre buscan el camino fácil en general, aquí está la solución tanto al problema inicial como a este último, con scripts y todo.

Después de todas estas pruebas, se llegaba a esta página, en la que te ofrecen la posibilidad de enviar tu CV. Probablemente aceptarían las primeras 2 semanas desde que se puso, luego, sólo eran agudos usuarios del buscador de Google.

Una forma muy original de realizar selección de personal. Así que a partir de ahora quiero ver todo lleno de carteles buscando a los más inteligentes de cada profesión… pero estos carteles… serán otro artículo (de sarcasmo e ira en general)…

Sólo puede pasarme a mí­ (FINAL)

Toda historia tiene un final. Puede que sea bueno, puede que sea malo, pero tiene un final. Como no podía ser menos, la épica cuadrilogía de la peor entrevista de trabajo también tiene uno. Después de los capítulos anteriores (0,1,2,3), el (des)esperado final.

– CUARTA PARTE: Alguien cagó sobre el nido del cuco –

Viernes, 14 de febrero de 2006
Por fin salen de la reunión. El jefe se dirige a mí: «vamos a hacer la entrevista». Así que subimos junto con el tío con el que hablé por teléfono hasta el pequeño zulo iluminado que hay en el altillo. La entrevista empieza totalmente seria. Con copias de mi CV, me hacen preguntas normales sobre mis estudios. Luego me explican a qué me tendría que dedicar. Al parecer, hace varios años, habían recibido una subvención para realizar un prototipo para la medida de midiclorianos en colaboración con la Universidad de Nunca Jamás (no pienso poner referencias reales). Hará unos 6 años volvieron a pedir la subvención para lo mismo. Denegada. Entonces modificaron un poco las especificaciones del equipo, y pidieron ayuda al Ministerio de De^^f*ensa. Pero sin que estos hubieran previsto dar subvenciones ni nada en absoluto, a puro huevo que se dice. Con las ‘inteligentes’ modificaciones, les concedieron una subvención por 3 años. Simplemente se pasa de detectar midiclorianos a detectar ataques b*io^ló=gicos. Sólo hay que cambiar unas cosas, que creemos que existen, y entonces serviría. Cuando venció, pidieron una renovación y se la dieron. Queda el año 2006 para la conclusión de 6 años de dinero público. El chisme no está hecho. Y hay que hacerlo. Es decir, hay que meterse con un equipo que lleva congelado unos 6 años, y hacer que detecte vida en Marte. Además de ocuparse del equipo que están haciendo los chavales estos, porque claro como están en prácticas se piran para el verano. Pero que no me preocupe, porque será por muchachada en prácticas… que ya se encarga él de mantener el flujo. Me tiran algunos memorandos de los que enviaron al ministerio con el trabajo avanzado, para que me vaya familiarizando con el tema. No tienen mucho más que contar, así que pregunto sobre el sistema ese de contratación, vía esa subvención rara. Me dicen que nada, que es una cosa muy reciente, que sólo se convocó una vez más. Es a nivel español, para contratar a expertos en proyectos de investigación. Hay que presentar bastante documentación, y se evalúa tanto el nivel del proyecto como la idoneidad de la persona seleccionada. ¿Y si no me conceden la subvención?. Pues entonces tendré que esperar otros 4 meses a que se vuelva a convocar, y volver a solicitarla. Ya veo… interesante. Me dice que la cuantía ya la sé, que será X, lo que había visto en la oferta. Aunque como ya sabré, no es eso lo que voy a cobrar, que hay que descontar de ese dinero la seguridad social, y entonces qued…[UN MOMENTO, rebobinemos]… Eh, habrá querido decir que menos lo que quite hacienda, ¿no?. No, me dice todo convencido que hay que descontar la seguridad social sobre eso, que es… como el 35%, a lo que asiente el tío. [Pensando: eeeeh… vamos a ver… el 35% es lo que paga a la seguridad social el empresario, no lo que paga el trabajador… eeeeeh… vamos que la jugada es incluir eso en la subvención, vamos que le salga gratis la operación, qué guapo todo oye. El 35% menos de X, menos el 20% más o menos que es lo que pagaría de IRPF…. eeeeeeh…. logaritmo de… sale lo que ya cobro. A TOMAR POR CULOOOO].

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Sólo puede pasarme a mí­ (Tercera Parte)

Continúa la saga con la tercera parte. En un principio, estaba pensado como una trilogía, pero viendo el tamaño del texto, habrá que incluir una cuarta parte. Un capítulo de transición, en el que nuestro aventurero pasa un día como otro cualquiera.

– TERCERA PARTE: Contrabando suicida –

Viernes
Me levanto, me ducho, tal y cual. Habíamos quedado el día anterior en que me vendrían a buscar a las 9 de la mañana, que esperara en la puerta del hotel y me pasarían a recoger. Perfecto. A las 9 estoy esperando en la puerta. Voy dando un paseillo a la redonda para hacer tiempo. Nada, no llega nadie. 9:15. Hace un frío que pela y yo en camisa… de macho. No hay vida en el pueblo. No me cruzo con ninguna persona por la calle. No veo ningún coche por la carretera. La soledad más absoluta. Jamás he estado en un sitio en el que no hubiera nadie ya no sólo en las calles, en las tiendas, en los bares. Pasa rodando un matojo de estos del oeste… compruebo que tengo todas las balas en mi Peacemaker, veo al coronel, lo que hay que hacer por un puñado de dólares más… ufff.. se me está yendo la pelota… debe ser el frío. 9:30. Hora de tomar un café. Busco el bar en el que veo más gente. Hay dos personas dentro, contando a la camarera. Me siento y pido un café con leche. Hay dos periódicos, uno lo está leyendo el otro cliente y otro la propia camarera. Ni un ademán de dejarme el periódico a mí. Vale… pancho. Silencio sepulcral. El sonido de pasar las hojas del periódico corta el aire. 9:45. Por fin me llaman al teléfono móvil. Es el tío con el que hablé antes de venir. Se disculpa por la tardanza y me dice que llegará en 5 minutos. Pago el café (2 euros… precio de amigo). Vuelvo caminando hasta el hotel, espero un poco y aparece el tío. Mientras vamos camino de la empresa me cuenta un poco más de la modalidad esa de contrato o de subvención o lo que sea que van a solicitar. Un poco sobre a qué me dedico… un poco de aquí un poco de allá.

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