Estos días estoy leyendo dos historias, que ya te pudiste informar o seguro que has escuchado tu mismo, puesto que son hechos conocidos y publicados en varios sitios, intentaré ser breve.
Historia 1: El origen de la reaparición del virus.
Imaginarse a un científico (tipo Indiana Jones) que, 33 años después de que un virus arrasase a millones de personas en todo el mundo, intentase obtener exhumando ciertos cuerpos una cepa de ese virus vivo, no lo consigue en ese momento pero en un segundo intento cuarenta años después lo logra con 72 años de edad. Parece un buen argumento de una novela del maestro Michael Crichton¿ verdad? Pues no es así. Esta historia pasa de ser interesante a inquietante cuando se matiza que no es ficción, es real, y el virus en cuestión es la conocida «gripe española»[wp] o para hablar con mas precisión, el subtipo H1N1.
Resumiendo esa sería la historia, pero no es tan sencilla. Este «Indiana» se llama John Hultin[wp], la primera vez que intentó obtener el virus se fue a un pueblo de Alaska, en el que 72 personas de las 80 que vivían allí habían muerto por la gripe de 1918, a pesar de conservarse congelados no consiguió encontrar el virus vivo, y lo que le animó 40 años después volver a Alaska a desenterrar cuerpos otra vez fue un artículo que publicó la revista Science que explicaba cómo un equipo de investigadores liderado por Jeffery K. Taubenberger del Instituto de Patología de las Fuerzas Armadas había sacado parte de la secuencia fragmentada del ARN del virus a partir de unos bloques de cera de unos soldados de la I Guerra Mundial que habían muerto en aquella pandemia. Salió publicado el 21 de Marzo de 1997.
Después de una correspondencia entre ambos, John Hultin regresó a Alaska. Una vez allí desenterró los restos de una mujer obesa, que llamó «Lucy», que conservaba los pulmones en buen estado gracias a la congelación de la zona. Con la aportación de «Lucy» sería suficiente para completar la secuencia de ADN del virus. En 2005, después de varios artículos y junto a varios equipos fue cuando se completó el genoma de la gripe de 1918, recibiendo ese año premios de la revista Science y Lancet.
El trabajo fue financiado por la Administración de Veteranos y el Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
Un gran avance para la ciencia ya que con este resultado se podrá prever mucho mejor futuras gripes a pesar del riesgo de crear y experimentar con un virus extremadamente peligroso que ha desaparecido del mundo hace mucho tiempo, tal como dice el Dr. Jim Robertson en un antiguo artículo de la BBC (enero 1997):
Historia 2: Más reciente y supongo que más conocida por todos
Donald Rumsfeld ha sido Secretario de Defensa de los Estados Unidos entre el 2001 y 2006, fue el estratega y máximo defensor de la Operación Libertad Duradera en Afganistán y de la Invasión de Iraq de 2003.
Antes de todo esto, en Enero de 1997 fue nombrado Presidente de la compañía Gilead Sciences, una empresa farmacéutica, cargo al que renunció en 2001 para ocuparse del Departamento de Defensa, pero manteniendo una participación importante en las acciones de la compañía.
Gilead Sciences ha investigado y descubierto, junto a varios productos para la hepatitis B y el VIH, un fármaco antiviral, oseltamivir o también conocido comercialmente como Tamiflu, elaborado a partir de un ácido encontrado en el anís estrellado llamado ácido shikímico. La empresa Roche colaboró en la última parte del desarrollo y comercialización de Tamiflu, adquirió la patente la cual está en vigor hasta el año 2016, y utiliza el 90% de las plantaciones de anís estrellado del mundo. En 2005, en medio de un temor a una pandemia de gripe aviar (H5N1) el presidente George W. Bush empleó un billón de dólares (en USA es menor que un billón en España) exclusivamente para la compra y distribución de Tamiflu, único remedio conocido para mitigar los efectos de dicha gripe, a pesar de varias contraindicaciones aparecidas en Japón como alteración de la consciencia, comportamiento anormal y alucinaciones en jóvenes de entre 10 y 19 años. También se publicó que varios niños que tomaron el medicamento habían muerto como resultado de auto-lesiones y suicidio. Las acciones de Gilead pasaron de 35$ a 57$, lo que reportaron grandes beneficios a sus propietarios.
Palabras mayores son otras historias que denuncia la periodista Jane Burgermeister que tienen que ver con bioterrorismo, pero eso para otro día si hay ganas.